ONUSIDA ha mostrado su alegría porque la epidemia da marcha atrás, sin contar aún con una vacuna que evite el contagio. Para Michael Sidibe, director ejecutivo de la agencia, no hay duda de que la prevención funciona.
Pero a pesar de estos buenos datos, las cifras de afectados y muertes son abrumadoras: en 2008 (últimos datos recogidos), se registraron 2,7 millones de infecciones y el virus acabó con la vida de dos millones de personas. Además, el pasado año unos 430.000 niños nacieron con el VIH, con lo que se elevó a 2,1 millones el número de menores de 15 años que portan el virus.
El documento señala que este retroceso de la enfermedad se debe, sobre todo, al descenso de las infecciones en África Subsahariana, cerca del 15%, lo que representa alrededor de 400.000 infecciones menos en 2008. Esta región concentra más de dos tercios (67%) de las personas con el virus, casi tres cuartos (72%) de las defunciones relacionadas con el sida y el 91% de todas las nuevas infecciones entre niños.
En Asia oriental, las nuevas infecciones por el VIH disminuyeron casi 25% y, en Asia meridional y sudoriental, un 10% durante el mismo período. En total en Asia, segunda región con mayor número de enfermos, residen 4,7 millones de personas con el virus.
En Europa oriental, después de un aumento drástico del número de infecciones nuevas entre los usuarios de drogas inyectables, la epidemia se ha estabilizado considerablemente; sin embargo, en algunos países hay indicios de que las infecciones nuevas aumentan una vez más, indicó ONUSIDA.
En el Caribe padecen la enfermedad 240.000 personas, pero es la zona, después de África Subsahariana, con una mayor prevalencia (1%). En América Latina la prevalencia de la epidemia se mantiene estable (0,6%) a pesar de que ha habido un incremento de casos en los últimos ocho años. En América del Norte (1,4 millones afectados) y Europa Occidental y Central (850.000 infectados) la enfermedad se concentra en poblaciones clave que corren mayor riesgo, como homosexuales o personas que se inyectan drogas.
Mejora de las labores de prevención
Aunque Sidibe afirmó que la disminución de las infecciones se deben, al menos en parte, a las actividades de prevención, puntualizó que los estudios también "indican que los programas de prevención suelen ser inadecuados y que tenemos que hacer mejoras en relación con nuestra labor de llevar los recursos y los programas adonde surtan mayor efecto, se logren avances más rápidos y se salven más vidas".
Los datos publicados en el informe indican que hay más personas que nunca -de 31,1 a 35,8 millones- que viven con el VIH debido, por un lado, a que la gente dura más tiempo gracias a los efectos benéficos del tratamiento antirretrovírico y, por otro, al aumento de la población. Sin embargo, el número de defunciones relacionadas con la epidemia ha disminuido más de 10% en los últimos cinco años, a medida que un mayor número de personas obtenían acceso al tratamiento que puede salvar vidas.
ONUSIDA y la OMS calculan que desde 1996, año en que estuvo disponible el tratamiento eficaz, se han salvado unos 2,9 millones de vidas.
Fuente: Consumer Eroski
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